sábado, 15 de octubre de 2011

NUNCA TE CASES PORQUE ALGUIEN DICE QUE TE AMA



Nunca te cases con alguien que te dice que te ama sin realmente estar segura de ello. Esa no es la razón adecuada y algunas veces la peor. Si él es posesivo y celoso, realmente no te ama. Solo te quiere a ti. Te necesita para inflar su ego. Le dará poder tenerte como esclava. Si tu satisfaces su ambición te vas a arrepentir toda la vida. Tanto la posesión como los celos son señales de animales predatorios, resacas de las cavernas.


Cásate solo cuando la otra persona realmente te ame a ti. Cásate cuando lo ames, pero no cuando te sacrifiques por él o desees poseerlo. Cuando esos diablillos de la posesividad y la autonegación entran en una relación, se forma un infiernillo y el amor sale por la puerta. Si te casas en base al autosacrificio, vas a elegir al peor personaje de la tierra para casarte, sería la más grande negación. Las leyes del amor en este caso se convertirían en una de las pruebas de la imbecilidad de la autonegación como estilo de vida. Relegar tus deseos primarios e intuitivos a un segundo plano convertirá al matrimonio en prostitucion. Dejar que cualquier cosa con excepción a la autenticidad y la integridad de tu amor te conduzca al matrimonio es puro crimen.


Nunca llegues al matrimonio para complacer a otra persona. Vas a profanar el amor si lo haces, si tu matrimonio no ha terminado en divorcio, un día será así. La verdadera, fuerza motivadora del impulso del compañero surgirá un día, en algún lugar, hasta convertir la relación en una verdadera agonía. Nunca dejes que el destino de alguien más obstaculize el amor, o secretamente empezarás a odiar y destruir a la personal por la cual sacrificaste la oportunidad de una romántica felicidad.

Permite que sea tu padre o madre, hijo o hija, y -si- esposo o esposa comparta contigo las consecuencias del amor venidero en tu vida. Ve con tu amor y a tu amor. Pero no vayas con poco entuasiasmo, esperando hasta que tu y la vida estén listas. Solo que no empieces nada si no puedes verlo claramente.

Lo más importante de todo, nunca te cases con una persona que no pueda permanecer encantador, y con quién no te gustaría estar, aún cuando no tengas las protección de un matrimonio. Existe siempre el peligro que un hombre se convierta en un esposo a expensas de ser un hombre. Si él pierde su identidad en esta relación, al final él perdera la relación.


Si él se ve sumergido en una cuasicompañía, actuando como el buen esclavo que cumple su deber porque la mujer le confia todos los problemas a él, y la sociedad le carga la posición de proveedor preocupado , él quedará convertido en un eco que nadie querrá escuchar.

Existe una ley básica en el amor "Sé tu mismo, siempre". Empieza siéndolo, será tu única protección. No hagas nada por ganar a un hombre o una mujer que es todo lo contrario a ti, porque te meterás en que problemón si lo haces. Ella o él, que no te quiere como tu eres realmente, te empezará a odiar secretamente cuando se descubran los hechos.


Nunca te conviertas en la muleta de tu marido. Mantenga sus valores sus ideales. Nunca dejes que un hombre te mantenga en la casa y te obligue a quedarte ahí, ni tampoco deje que una mujer le ate como si fuera un perrito a la casa. Primeramente ustedes pertenecen a la vida, a tu esposo o esposa solamente en cuanto no trate de poseerte.

Y no olviden la ley de la maduración. Aquéllos que se casaron en los veintes se casaron algo inmaduros ya que nadie está maduro a esa edad. Ambos están creciendo. La cosa más importante no es pensar ¿cómo es él ahora? sino ¿Cómo va a ser? ¿Qué camino va a tomar? ¿Cómo está creciendo? ¿Cómo será en veinticinco años?

Si los dos crecen juntos que maravilla, pero si crecen en caminos opuestos esto les forzará a divorciarse.

Dios me los bendiga, 
Su amiga del alma,
Carol

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